Este fin de semana hemos estado visitando a nuestros amigos de Erlangen, y aparte de verlos a todos, nos hemos quedado a dormir en casa de nuestros amigos más queridos que tienen una niña de la edad de la nuestra para estar todos felices y contentos y terminar las noches a las doce correteando detrás de las peques. Su historia la cuento aquí, porque da muchas lecciones de vida, pero también por lo que pasó este fin de semana.

Mis amigos son ellos mismos emigrantes, e hijos de emigrantes de Rusia pero con pasado multicolor. Él vino después de la caída del muro como refugiado político comunista con sus padres y sus hermanos. En aquella época él tendría unos doce años, y vino a Erlangen sin saber alemán y teniéndolo que aprender en las escuelas.. y fuera de ellas. Hoy, sus padres critican a los refugiados!! Nuestro amigo lo critica porque dice, pero cómo puede ser! Si ellos fueron unos de ellos hace treinta años! Pues si.. porque si leen la Bild u otros periódicos sensacionalistas, se creen lo que dicen y allí que acaban más conservadores que los conservadores. Hoy, él habla perfectamente alemán, sin acento ruso, y trabaja como protésico dental freelance, ganándose muy bien la vida, y trabajando para clientes multimillonarios rusos que vienen al dentista a Nuremberg.

Nuestra amiga, vino con seis años a Würzburg, llegada de Kazajistán. De padre griego y de madre alemana-rusa. Ambos padres llegaron a Kazajistán hace décadas después de la segunda guerra mundial, huyendo de la misera y siguiendo las indicaciones de una mejor vida, tierra y casa que prometía Catalina II para repoblar Rusia. Uno desde Grecia y otro alemán con mujer desde Alemania. Uno pobre y sin futuro y otro rico pero todo perdido en la guerra. Allí el alemán se quedó viudo y se casó con una bella rusa de la región. Tuvieron a la madre de mi amiga, que se enamoró y se casó con escándalos familiares de esos pobres griegos que llevaban a Kazajistán. Dicha niña medio rusa medio alemana llegó a ser la directora de la agencia financiera rusa pública de Antana. Pero, decidieron emigrar de nuevo y volver a Alemania. Lo dejaron todo hace veinte años en promesa de la civilización y de una vida mejor. La que fuera directora financiera en Rusia, estuvo limpiando casas en Alemania. Y luego vendedora de pan, hasta su jubilación. Mi amiga habla alemán con acento ruso, y cocina de cine, con acento ruso también.

Mucho sueño alemán se promete en el Este, y la realidad a la que se llega a Alemania es siempre la misma. Quizás se puede ganar más, pero se pierde nivel, y se es tratado de emigrante, de refugiado y de ciudadano de segunda. Se tiene que luchar cada día para sacar a la familia y no es fácil, pero ya están aquí y la vuelta es dura. Si se vuelve. No se sabe.

Mi amiga es asesora fiscal «Steuerberater», una mujer inteligente, decidida y que compagina trabajo y maternidad. Algo inusual para una «alemana». Su madre y su padre han vuelto a Kazajistán ahora, veinte años después para ver su antigua casa, y sus antiguos compañeros de trabajo. Les han recibido con los brazos abiertos, con flores, con poemas, con cenas, venidos de todas las partes de Rusia para celebrar esta vuelta efímera. Lloros, muchos. De Directora financiera a panadera. Mundos contrariados, muchas preguntas y la respuestas son duras. La realidad.

Lo mejor, es que me encantan ellos, me encanta su conversación y verlos que son positivos, que son limpios de corazón, que aman sin condición y que tienen esa ambición rusa que hacer seguir adelante sea cual sea la situación. Y que la contagian. No tienen traumas. Son cristalinos y con una simplicidad feliz. Por eso, no son alemanes. Son libres!

8 comentarios en “Emigrar desde Rusia, ser refugiado hace 20 años”

  1. Mi hija se ha quedado en munich y está encantada aunque hay que reconocer que en los 4 años que he vivido allí me he dado cuenta que hay muchos mitos alemanes y no muy favorables a ellos

  2. Qué entrada tan interesante! Gracias por compartirlo. Conozco familiares que emigraron a Suiza y cuando hablan de los turcos, se refieren a ellos como «extranjeros» olvidándose que ellos mismos también lo son.

  3. Aqui en Austria ha aumentado el numero de extranjeros que votan a la extrema derecha. Al parecer los que llevan un tiempo aqui no quieren que vengan mas de fuera porque piensan que entonces su nivel de vida se va a ver afectado.

  4. Gracias y Ole por este post.

    Me ha encantado.

    Es así de real, tanto una parte que parece que olvida sus orígenes a la primer de cambio… y la otra que las experiencias duras les llenan de humildad y de bondad y de empatía. Qué suerte que aún hay personas que no olvidan sus orígenes, aunque aún se me antojan pocas para como va el mundo….
    Enhorabuena por tener estos amigos, las personas que viven en paz consigo mismas, son como bien dices tú, cristalinas y lo transmiten.
    Besos guapa! :*

  5. Muy bonita la entrada. Si algo tiene vivir en el extranjero, y en Munich en particular, es que te da la oportunidad de conocer gente que viene de lugares remotos, que de otra forma no conocerías, y la sensibilidad y la apertura mental para valorarlas sin máscaras ni lugares comunes. A Alemania ha llegado en los últimos tiempos mucha gente del Este, pero también de otras áreas más lejanas como pueda ser el continente asiático que he tenido el gusto de conocer.

    Este link es de una lectura, una novela de David Trueba que tiene su escenario en Múnich. Me parece que puede interesar a más de uno. Seguro que sabras dónde ubicarlo.

    http://www.fancultura.com/?p=6855

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.