Esta semana pasada he estado en Estocolmo a modo de vacaciones, y justamente al lado del hotel había un restaurante «creperie-y-toda-clase-de-comidas» que nos llamó la atención.. fuimos a comer allí el último día, es decir ayer.. antes de irnos cargados de maletas al aeropuerto de vuelta a Alemania… cuando, sin querer.. nos encontramos con «expatriados». El restaurante era pequeño así que le preguntamos a la dueña si podíamos caber con un carricoche.. y su inglés era regular, así que preguntamos si hablaba francés y dijo un poco.. pero lo que si hablo es español! Olé! Ahí muy bien.. nos pusimos a hablar de demás historietas.. pedimos nuestra buenísima comida.

La dueña era chilena y en el restaurante-café en el centro de Estocolmo trabajaba junto con su hijo nacido en la ciudad… El acento de ambos los delata.. pero quien me dio un consejo, y es el que quiero transcribir era la mujer mexicana de unos cincuenta años tirando para sesenta que estaba allí comiendo.. y ayudando a limpiar mesas. Eran amigas y cada día iba a comer allí.. a hablar español y a repasar los último cotilleos del barrio.

Sin entrar en la conversación, sólo le pregunté que cuántos años llevaba allí en la ciudad.. me dijo que 26 años.. y la siguiente pregunta que me vino a la cabeza fue.. y porqué viniste.. y me dijo, porque me casé.. Se casó con un búlgaro que tenía trabajo en Estocolmo.. y desde entonces viven allí. Se quedó pensativa y añadió.. Hoy.. piensa en el hoy, hoy, hoy… porque estuve 3 meses pensando en mi tierra, en mi familia y en mis costumbres y no paré de llorar y de llorar.. cambié la forma de pensar, pensé en el presente, en el hoy, y todo cambió. Dejé de leer las noticias de mi país, me focalicé en mi familia y en mi nueva ciudad. Y desde entonces que soy feliz.

Aquí está… lo que quería compartir. Consejos y comentarios que me han llovido del cielo esta semana para ayudar a una buena integración en un país que no es el nuestro de nacimiento sino de adopción.

Y este hecho, me ha hecho recordad un ejemplo relacionado y de comentarios de conocidos que tenía en Múnich que se quejaban de que tenían que ir a España a cortarse el pelo… porque en Múnich los alemanes no sabían cortar el pelo… mmm… si que saben, y lo hacen muy bien además. Si hace falta uno se expresa con gestos.. o llevando fotos. Pero.. hay que vivir donde se vive… y cómo dijo la mexicana hay que pensar en el hoy, en el presente y dónde estamos.

5 comentarios en “Hoy, hoy, hoy, hoy”

  1. Supongo que tiene razón, pero no sé por qué que me ha dado pena. O nostalgia. No sé, no me apetece desconectarme aún de mi tierra. Y mucho menos pensar que ahora ya no es esa mi tierra, que es esta.

  2. Para mi se trata de llegar al punto en que no te afecte emocionalmente el lugar donde vivas, porque sea donde sea, vas a tener alegrías y penas en ambos sitios. Ya sabemos que aquí vamos a echar de menos siempre «el vivir intenso» de nuestros países, y cuando estemos allí nos acordaremos, por decir algo, del «todo funciona» de acá. La realidad es que ya pertenecemos, ( y creo que supone muchas ventajas) a los dos o tres o los muchos países en los que nos ha tocado vivir, y siempre también, nos acompanará la nostalgia por el que más sentimos como nuestro.

  3. En estos dias he estado buscando informacion de Munich, soy una venezolana que pronto emigrará para Munich, y me ha gustado este blog, sobre todo porque no conozco Europa y menos Alemania, ni su gente,sus costumbres, el idioma,en realidad va ser un cambio en todos los aspectos de mi vida, y debe tener razon la mexicana al decir eso, vivir en funcion de lo que tenemos y donde estamos, sin mirar hacia atras, sobre todo porque mi pais esta pasando por momentos dificiles, quisiera tener mas informacion sobre el trabajo en Munich, como reciben a los suramericanos

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